miércoles, 2 de septiembre de 2015

El justo no permanece caido

Una triste noticia fue el boom de los últimos días, un soldado de Jesucristo ha sido herido en combate e inmediatamente las redes sociales lo dan a conocer a los cuatro vientos, es lamentable escuchar lo que ha sucedido con nuestro hermano R.C. Sproul Jr. quien ha sido puesto en disciplina por Ligonier Ministries donde es editor de Tabletalk  el Dr. Sproul es tambien  profesor de Filosofia y Teologia en Reformed Bible College.

El Señor ha declarado que:
"Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.  Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas" (Lucas 12:2-3).

Muchas veces el creyente es seducido y vencido en el combate, esa verdad es manifiesta a lo largo de toda la escritura; como olvidar al mismo Adán que gozando de Dios prefirió regirse a si mismo y dejar de lado a su maravilloso Creador, y que decir de Abraham y sus mentiras, de Isaac, de Jacob, de Juda y su desobediencia, de Sansón, de David, de Salomón, del mismo Pedro y su traición.

La historia testifica que el justo puede y va a caer, y de esa caída ninguno de nosotros esta exento, el apóstol nos advierte que: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10:12) para recordarnos que nuestro corazón es perverso y engañoso y propenso a correr en
 pos de todo menos de Dios. "Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal" (Proverbios 24:16)

Pero fiel es el Señor quien ha vencido y ha otorgado su victoria a los suyos, El ha prometido a sus justos caídos que El es su Torre fuerte y que es Todopoderoso para perdonarlos y restaurarlos. "Torre fuerte es el nombre de Jehová;  A él correrá el justo, y será levantado" (Proverbios 18:10)

Ningún justo permanecerá caído porque Su Señor lo levanta y el primer paso para ello es enfrentarnos con nuestro propio pecado, el Dios bueno y misericordioso destapa siempre la olla y da a conocer nuestro pecado y allí muchas veces en esa condición de vergüenza reconocemos que le hemos ofendido y nos perdona, nos sana y nos restaura.

Pidamos a nuestro buen Señor por nuestros hermanos que han caído que sean restaurados y continúen la batalla y que guarde nuestras almas al fallarle.

A nuestro buen Señor y Salvador  la gloria hoy y siempre

DJMM

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