Para celebrar la navidad en nuestro tiempo es necesario tener recursos, ya que se nos dice que: no puedo festejar navidad si no he realizado la compra de los regalos, no puedo celebrar navidad si en la mesa de comedor no está el pavo dorado junto con el champagne y las uvas, imposible celebrar la navidad si no he adornado la casa con luces brillantes de mil colores.
Nuestra sociedad consumista ha
determinado que quienes pueden tener todo ello y más son los que realmente
pueden celebrar la navidad, pero, ¿Qué de los pobres?, ¿Qué de aquellos que no
tienen para comprar un regalo?, ¿Qué de aquellos que en esa noche al igual que
las demás noches lo que tienen en sus mesas posiblemente es una sopita de fideo
y un pancito con café?, y que alumbraran sus casas con velas porque carecen de
luz eléctrica. ¿Qué de ellos?, o es
acaso que los pobres no pueden celebrar la Navidad.
Que contraste con respecto a la primera
navidad, las casas estaban abarrotadas de viajeros, cientos, posiblemente miles
de personas se encontraban en Belén cómodas y ajenas a lo que Dios haría, pero: “Había pastores en la misma región que
velaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí se les presento un
ángel del Señor… el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de
gran gozo, que serán para todo el pueblo, que os ha nacido hoy, en la ciudad de
David, un salvador que es Cristo el Señor”, inmediatamente salieron hacia Belén
y “vinieron pues apresuradamente y encontraron a María y a José y al niño
acostado en el pesebre… y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios
por todas las cosas que habían oído y visto”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, háganos conocer sus comentarios. ** Los comentarios irrespetuosos no serán publicados.